Saludo de don Juan Carlos Elizalde, nuevo obispo de
Vitoria
Un saludo lleno de afecto a toda la Diócesis de
Vitoria y a todos los alaveses. Agur bero bat bihotzez arabar guzioi. Urte
berri on! Nere desio oberenak hasi berria dugun 2016 urtearentzat. Un saludo a
mis hermanos sacerdotes y diáconos, consagrados y laicos.
Vuestra sorpresa es la mía y agradezco al Papa
Francisco la confianza inmerecida que ha depositado en mí. Vuestra oración por
mi me anima a decir sí a la llamada de Jesús como lo hicieran los apóstoles en
el lago de Galilea. Pongo esta nueva andadura vuestra y mía bajo la protección
de San Prudencio patrono de Álava y de la mano de la Virgen Blanca, patrona de
Vitoria.
Azkar ezagutuko dugu elkar eta, aurrera begiratuz,
ideak eta ametsak partekatuko ditugu
Ya sabéis mi nombre. Tengo 55 años y desde hace 28 soy
sacerdote. Soy de Mezkiritz, un pueblo pequeño de la montaña de Navarra, y el
mayor de 5 hermanos. Los últimos años he servido a mi diócesis de
Pamplona-Tudela como vicario episcopal de Pamplona y prior de Roncesvalles
siendo párroco de 9 pueblos pequeños cercanos al mío y a la Colegiata de
Roncesvalles. Toda mi vida sacerdotal ha estado vinculada al mundo estudiantil
universitario y los últimos 17 años a la Universidad Pública de Navarra en concreto.
Lógicamente no sé ser obispo así que ya me ayudaréis.
Nunca he tenido una conciencia tan grande de la desproporción entre mis
posibilidades y la misión que el Señor y la Iglesia me encomiendan. He
predicado muchas veces que Dios no elige a los capaces sino que hace capaces a
los que elige. Pero en esta ocasión tendrá que ser a base de vuestra ayuda,
consejo y oración.
Tengo, eso sí, el firme convencimiento de que Jesús de
Nazareth es la respuesta a todo lo que el corazón humano anhela. Y que la Iglesia,
santa comunidad de pecadores, trae la salvación de Jesús a este mundo nuestro
apasionante pero necesitado y roto.
Desde el primer momento me gustaría, como lo está
haciendo D. Miguel durante 20 años, acompañar a todas las comunidades
cristianas a seguir saliendo hacia las periferias que nos señala el Papa
Francisco: los más pobres, la gente golpeada por la violencia, la increencia
deshumanizadora y la desunión entre nosotros. Y todo ello desde la alegría
contagiosa del Evangelio.
Me siento deudor de la herencia espiritual de San
Ignacio de Loyola y de la escuela de espiritualidad sacerdotal de la diócesis
de Vitoria así que concibo mi ministerio como un servicio apasionado desde el
agradecimiento por los bienes recibidos del Señor para compartirlos con los
hermanos. Procuraré entregarme con todo mi tiempo, con todo mi caudal afectivo
y hasta el límite de mis fuerzas. Me gustaría que pudierais contar conmigo
incondicionalmente desde el principio y que juntos pudiéramos compartir la
alegría de la misericordia en este Año Jubilar.
Agradezco de corazón a D. Miguel su entrega total a la
diócesis y su cercanía conmigo en el relevo. Él me irá comunicando toda la
riqueza y posibilidades de nuestra diócesis y como lo que soy, un servidor
necesitado, me abro a vuestras sugerencias, consejos y aportaciones con enorme
esperanza. Viniendo de una diócesis de tan cercana sensibilidad social y
eclesial espero, que con vuestra ayuda, me sienta desde el principio en mi
casa. Besarka haundi bat. Jadanik nere otoitzean zaudete. Junto a mi
oración por vosotros, un abrazo lleno de afecto y mi bendición.
Juan Carlos Elizalde