viernes, 20 de julio de 2012

Amanecer en Alegría

Vistas desde lo más alto de Alegría-Dulantzi.
Algunas imágenes que se contemplan desde el campanario de la torre.

Vista hacia el Sur-Oeste, salida hacia Egileta.
El riego de la finca de remolacha, junto a fincas de cereal ya cosechado...

Vista hacia el Oeste, en dirección a Gazeta.
Casas antiguas, nuevas urbanizaciones, y al fondo el cereal...

La Casa de Cultura, los polígonos industriales y al fondo Elburgo...

Vista hacia el Nor-Oeste, con la Plaza con el Ayuntamiento, la Casa de Cultura, el casco urbano.
Al fondo, el polígono industrial, la salida hacia Vitoria-Gasteiz...


Vista hacia el Sur-Este y la salida hacia Gauna, Adana, etc...
Campos de cereal y al fondo los montes de Santa Elena, Santa Isabel...

Vista hacia el Nor-Este, con el cerro Henaio destacándose a contraluz.
El sol apuntando desde detrás del Aratz. 

Los primeros rayos de sol se desparraman sobre los tejados y fachadas de las casas.
Un nuevo día amanece. Miles de sueños se interrumpen, miles de posibilidades para realizar...

domingo, 15 de julio de 2012

El Arzobispo de Gauna



Mons. Luis María Pérez de Onraita Aguirre
Obispo emérito de Malanje (Angola)

Llevaba 53 años en Angola, 14 de ellos como obispo de Malanje. El pasado 19 de mayo el Papa aceptó su renuncia al cumplir 75 años.
Natural de Gauna (Álava), Mons. Luis María fue ordenado sacerdote en 1957 y, dos años después, fue enviado a Angola por las diócesis vascas. Tras el estallido en 1961 de la “guerra de liberación” sufrió en primera persona el desprecio de los colonos portugueses por defender al pueblo angolano. Una vez conseguida la independencia tuvo que salir del país a causa de un conflicto entre los obispos locales y algunos sacerdotes vascos. Pasó unos años en Roma estudiando Sociología y Filosofía, hasta que pudo regresar a Angola para hacerse cargo de la parroquia de Precol, en Luanda.
En 1996 fue nombrado obispo coadjutor de Malanje, sede de la que sería titular dos años más tarde. Allí le tocó vivir la etapa más dura de la guerra civil. En la que fue su residencia episcopal se conservan en una vitrina varios trozos de los dos obuses que cayeron en el propio edificio del obispado.
Sus 16 años de episcopado han estado marcados por la guerra y por la prioridad que él mismo se dio como obispo: la educación del pueblo angolano.

Uno de sus mayores logros fue conseguir que el Gobierno devolviese a la Iglesia las escuelas nacionalizadas durante la época marxista.
Deja como herencia más de 23.000 niños escolarizados y la rehabilitación de casi todas las estructuras educativas de la región.

(tomado de la revista “Mundo Negro”, número 575, julio-agosto 2012, página 15)