domingo, 5 de abril de 2015

Ha fallecido Luis Mari Pérez de Onraita Aguirre

El Viernes Santo, día 3 de abril, Luis Mari Pérez de Onraita, ha muerto para este mundo y ha resucitado para la Vida eterna, junto a su Maestro Jesucristo, al lado del Padre Dios.



Luis María Pérez de Onraita Aguirre, nació en Gauna (Álava), el 12 abril de 1933.
Era Doctor en Ciencias Sociales y Licenciado en Filosofía, en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino en Roma.
El 11 de Agosto de 1957 fue ordenado sacerdote, y sólo dos años después llegó a Angola el 16 de octubre de 1959 con la primera expedición que envió Misiones Diocesanas Vascas a ese país.
Desde entonces siempre ha estado en Angola.
Su primera etapa misionera, en los años finales del colonialismo portugués y los inicios de la independencia de Angola, la pasó en la provincia de Malanje, donde fundó la Misión de Cuale y la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima – Maxinde, en la cual fue el primer Párroco. A él, entre otros, se debe la obra social de Maxinde.  
Años más tarde, trabajó en la capital del país, Luanda, como párroco en la parroquia Nuestra Señora de las Gracias y como Director espiritual del Seminario Menor de Luanda y de varios noviciados de los religiosos. 



Fue nombrado Obispo Coadjutor de Malanje el 10 de marzo de 1996. Los años difíciles de la guerra de Angola (llegaron a bombardear el obispado de Malanje) permaneció al lado del pueblo sufriente y fue testigo de la paz definitiva del año 2002, tras la muerte del líder de UNITA, Jonas Savimbi. 
Los últimos 10 años de su episcopado los dedicó a reconstruir todo lo que la guerra había destruido (principalmente capillas y escuelas) en toda la provincia y potenciando el ingente trabajo de los catequistas, auténticos evangelizadores de Angola y de otros países de África.



En la Conferencia de los Obispos de Angola y Santo Tomé, fue Presidente de la Comisión para la Salud.
En el año 2012 cedió el testigo a D. Benedito Roberto, actual arzobispo de Malanje.  Los años de su jubilación, mientras su salud se lo ha permitido, los ha querido dedicar a servir a la que ha sido siempre su casa, el pueblo de Malanje.


En el domingo de Pascua de Resurrección, a Luis Mari, le deseamos: ¡Descanse en paz!. Goian bego!!