sábado, 6 de octubre de 2018

Ermita de san Vitor. Falta una Cruz.

La Cruz en nuestras Montañas

Mañana de sábado. Amanece claro y la temperatura es buena. Programo una salida al monte. Dejo el coche en lo alto del puerto de Azáceta. Desde allí, con mi mochila subo hasta Itxogana (1.036 metros). El paseo es súper agradable. Respiro el aire puro de la mañana; contemplo los intensos colores del otoño; bajo mis botas escucho el crujir de las primeras hojas secas que alfombran el sendero...
La cruz de hierro en la cima de Itxogana está deteriorada. Le faltan los extremos de los brazos. Para romperla hay que hacer un esfuerzo, y la naturaleza (viento, nieve...) no creo que llegue a romper esos trozos que le faltan...

Después de una oración por los montañeros fallecidos, algunos de mi propia familia y otros muy buenos amigos, bajo hasta la ermita de San Vitor.

Al llegar a la campa, una sorpresa desagradable: algo falta en el paisaje habitual. La cruz de madera desde donde se hace la bendición de los campos en las rogativas de primavera.

 La Cruz desde donde se bendicen los campos 

Así luce actualmente la campa

Al acercarme, veo la base de cemento en la que estaba insertada la cruz de madera. Parece que la han forzado hasta romper el cemento para arrancar la cruz de raíz. 


Miro por los alrededores, pero no la encuentro. Se la han llevado o la han tirado en algún lugar inaccesible.
Me pregunto qué daño hacía esa cruz en la campa que hay delante de la ermita, a quién o quiénes podía molestar...

Al acceder al Parque Natural de San Vitor, la Diputación Alavesa instaló unos paneles, en castellano y en euskara, con algunas indicaciones básicas sobre el uso de este espacio tan hermoso. Lo último que se indica es que hay que respetar a los demás. 



Al regresar hacia el aparcamiento en lo alto del puerto Azáceta, camino un poco más triste y sin disfrutar de lo que el paseo otoñal me ofrece. Me pregunto dónde queda el respeto de algunas personas.